sábado, 21 de mayo de 2011

Deportes vs artes

Hace tiempo alguien me hizo un comentario acerca de estas dos actividades que evidentemente se me quedó en la mente, así que hoy hablaré un poco de ello.
En una comida platicábamos acerca de que los niños deben realizar actividades fuera de las de la escuela y no pasarse la tarde frente a la TV, en eso estuvimos todos de acuerdo, pero al llegar a la parte de que actividades son las mas convenientes, uno de los presentes dijo mas o menos "que vayan al club a hacer deporte porque en las artes tienen mas riesgos de caer en drogas y esas cosas", otro de los presentes y yo nos quedamos mirando casi con horror y no pude menos que recordarle al defensor deportivo que Maradona no es precisamente un ejemplo de salud y que otros tantos deportistas famosos o han sido suspendidos por no pasar las pruebas de anti-doping o acusados de violencia con sus familias. Hasta ahí quedó la conversación y la llevamos por rumbos menos polémicos.
Una vez mas este tema me hizo pensar en que tenemos ideas predeterminadas y prejuzgamos de acuerdo a ellas sin analizar mayormente. La dupla artes-drogas es una concepto bastante difundido, los músicos tienen fama de adictos hasta al agua de los charcos, a los pintores se les imagina enloquecidos, sucios y medio locos, los escritores de menos son ebrios irredentos y así podemos seguir hasta los escenógrafos que ni vela tienen en el entierro. En cambio la imagen generalizada del deportista sanote, el futbolista llanero que en vez de irse de alcoholes con los cuates se pone a jugar toda la tarde, del basquetbolista entrenando bajo el aguacero torrencial y del boxeador que vive con su mamita enferma y la cuida es bastante aceptada. Todas estas imágenes de lo ridículas ya ni risa dan; vamos, que eso sólo pasa en Rocky.
La realidad es que no importa que actividad se elija como complemento a las obligatorias, cualquiera es mas sana que ver televisión por horas y en cuanto a la tendencia a drogas, violencia, excesos y todas esas cosas tan temidas por los padres es única y exclusivamente responsabilidad de la familia, un niño ignorado tiene grandes posibilidades de adquirir cualquiera de esos malos hábitos, porque el hecho de inscribirlos en karate, natación, soccer, ajedrez, ballet o lo que sea no implica atención, se requiere mucho mas que eso; también el ambiente es determinante ya que si un niño crece viendo como su padre le pone una golpiza a su madre cada tercer día, si tiene una mamá que se acaba una botella de cognac de aperitivo, si lo normal en su casa es agarrarse a gritos en la cena, no importará las actividades que tenga, esa es la educación que está recibiendo y que marcará su vida facilitando escapes en drogas, o pensando que es normal darse bofetadas a la menor provocación.
Entonces llegamos a la conclusión de que es importante que los niños crezcan con actividades extra escolares (tienen demasiada energía como para acabársela en la escuela), que las artes no son un hervidero de malos hábitos y excesos ni los deportes la panacea de la salud y el equilibrio, pero lo mas importante es que un niño necesita atención, necesita unos padres presentes que se interesen por ellos, que los acompañen en su crecimientos y que estén alertas a todos los cambios e inquietudes de ellos; con esto quizá no esté garantizada una vida sana y sin adicciones ni problemas emocionales, pero al menos se reduce drásticamente las posibilidades.

martes, 17 de mayo de 2011

Un Mundo Feliz (reseña)

Como sucede muchas veces, la literatura nos sorprende por su actualidad, sin importar la fecha en que se haya realizado. Esta vez platicaré un poco acerca de un libro escrito en 1932 que nos deja helados por su sorprendente relación con nuestro momento.
Un Mundo Feliz es un mundo donde la gente es efectivamente feliz. Novela futurista donde la humanidad ya no se reproduce por métodos convencionales sino por ectogénesis, los fetos son programados para sus futuras actividades; así el desarrollo de cada uno de ellos es manipulado para obtener las características que requerirán en su vida. De esta manera cada quien nace para una actividad determinada, con capacidades específicas y no mas.
En este mundo todos son felices porque al desarrollar trabajos para los que son competentes nunca conocen la frustración y conscientes de sus limitaciones, la ambición, la superación, los sueños no son parte de su vida: el que es creado para chofer será chofer y el creado para investigador será investigador.
Esta novela de Aldous Huxley ha sido estudiada y analizada desde muchos puntos de vista ya que al plantear una sociedad donde todos son felices, donde no hay envidias, rencores, deseos incumplidos, donde todos hacen lo que deben hacer sin cuestionarlo y además son entrenados durante su infancia para aceptar su condición viéndola llena de satisfacciones; efectivamente se obtiene gente feliz.
Cabe entonces preguntarnos ¿a que se debe la infelicidad? a deseos incumplidos, a necesidades no satisfechas, a sueños no alcanzados; pero en una sociedad donde todas las necesidades están cubiertas (al no haber crecimiento demográfico incontrolado se tiene una población exacta para producir los satisfactores necesarios para todos, no hay pobreza), donde no hay deseos incumplidos porque todos están conscientes de que tienen lo que merecen por su trabajo, las relaciones personales son abiertas y carentes de todo sentimentalismo ¿que puede hacer infeliz a la gente? Esa es la premisa que nos plantea Huxley y que curiosamente vivimos en cierta manera: no somos programados de la misma manera, pero nuestra sociedad lo hace todo el tiempo, nos dice a través de la publicidad que debemos ser, a que debemos aspirar, que es la felicidad. La única diferencia es que a nosotros si nos colocan frente a la cara cosas que no podemos tener, cosas a desear sabiendo que no las podemos alcanzar, a nosotros si nos alimentan la frustración diciéndonos que debemos superarnos, entendiendo por superación tener objetos. El Mundo Feliz de Huxley ha sido seguido a medias y como todo de lo que sólo se toma una parte, ha resultado en una aberración ¿Quien quiere vivir en Un Mundo Feliz?

lunes, 16 de mayo de 2011

Universidad para ¿todos?

A raíz de algunos comentarios que he leído y escuchado acerca de la preparación académica de nuestra etílica autoridad decido escribir este artículo porque al parecer esto de ir a la universidad anda por caminos errados.
Por ahí alguna autoridad, en los años 70's dijo "escuela para todos" y lo cumplió, no importaba que los entonces alumnos de secundaria apenas supieran contar hasta el 10 porque hasta ahí les daban los dedos de las manos, todos fueron admitidos en la preparatoria, después salió lo del pase automático y la cosa siguió por el mismo camino; el resultado fue que empezaron a egresar profesionistas que prácticamente mugían.
Hoy seguimos peleando la escuela para todos, la universidad para todos y de pronto nos encontramos con que ir a la universidad es un derecho que se adquiere sólo por nacer sin importar las capacidades de cada quien, así nos encontramos en las aulas universitarias gente que desconoce por completo la diferencia entre la "s", la "z" y la "c", que nunca se enteró que a+a=2a y no a2 o que pertenecemos a América del Norte y no del Centro (estos son conocimientos del primer año de la secundaria cuando muy tarde).
Cuando digo "no todos deben ir a la universidad" me gano miradas reprobatorias y declaraciones tipo "todos tenemos derecho"; yo me pregunto ¿derecho a que? ¿a perder el tiempo propio y de los maestros? ¿a frustrarnos? ¿a ser mediocres? Si bien la instrucción es un derecho, no quiere decir que todos debemos hacer un doctorado, por algo hay una que se llama Instrucción Básica", de ahí en adelante ya debería haber una selección de acuerdo a las capacidades de cada humano y no entrar en bola a la preparatoria y luego a las universidades; no todos debemos ser profesionistas; no poder con una carrera universitaria no es sinónimo de tonto, hay características mentales o fisiológicas que no son compatibles con la formación universitaria, hay gente con niveles de IQ mucho mayores a los de reconocidos doctores en el ramo que quieran que no son para la universidad.
Por otro lado, ese supuesto derecho a ir a la universidad no tiene nada que ver con las capacidades en nuestra sociedad sino con las posibilidades económicas, porque hay montones de personas que pasarían la universidad como un juego y que sin embargo no tuvieron la oportunidad ni de hacer preparatoria porque en sus pueblos no había ni secundaria y se tuvieron que poner a trabajar desde pequeños para mantener a 8 hermanos; entonces ese "todos tenemos derecho" se debería modificar a "todos los que podamos pagar tenemos derecho"; porque además de las universidades públicas donde al menos se hace una selección no económica, (pero de la cual no sabemos basada en que está, obviamente que no en las capacidades) están la mayoría de las privadas donde la selección se hace de acuerdo a la cuenta bancaria o las amistades.
El asunto es que no todos debemos ir a la universidad, no todos funcionamos en ella por las razones que se quiera y creo yo que si asumimos eso, habrá menos gente frustrada porque no pasó el examen o porque si lo pasó y está en la universidad cuando preferiría estar en otra parte, resultando un profesionista del montón que nunca será "exitoso y triunfador" y encima de todo se dedica a algo que ni le interesa. Creo importante librarnos de todas esas frases hechas, de todas esas nociones que nos meten por todas partes de que es lo importante en la vida, que significa triunfar, que significa ser feliz; tenemos que aprender que la felicidad está en ser pleno, en hacer lo que nos gusta para vivir, en no perseguir objetos, en disfrutar una compañía y en no sentirnos frustrados porque no somos lo que la sociedad espera que seamos.
Ah y por cierto, el comentario inicial viene a que según se dice Calderón tiene maestría en Harvard, lo cual, como nos consta, no es garantía de nada.

viernes, 6 de mayo de 2011

Violencia: triste cotidianidad

Este artículo va en apoyo a mis amigas que inician una labor social interesante: luchar contra la violencia en todos los sentidos posibles, pero en particular la ejercida contra mujeres y homosexuales (de ambos sexos), de manera que me enfoco a esta.
Debido a mitos, costumbres, prejuicios e ignorancia, la violencia contra las mujeres y homosexuales, desde hace siglos se ha tomado como algo hasta normal. Si partimos del hecho de que el cristianismo dice que la mujer es un ser inferior al hombre, que le debe obediencia, respeto y sumisión, nos damos cuenta que es un asunto demasiado enraizado en nuestra cultura como para prescindir de él fácilmente.
Como consecuencia de esta premisa, a las mujeres se les educa para tener un hombre al lado y considerar como meta en la vida ser esposa y madre, que para eso estamos diseñadas, no es extraño entonces que con tal de cumplir este propósito seamos capaces de cualquier cosa y por conservar ese estado, aún mas porque, no cerremos los ojos, hasta la fecha una mujer divorciada es estigmatizada por la mayor parte de la sociedad.
La violencia no es exclusivamente golpes y gritos, hay una mas sutil y creo yo, mas dañina porque no se nota a simple vista y quien la sufre muchas veces no se da cuenta y es la psicológica. Esta violencia generalmente comienza con los padres, quienes con sonrisa y buenos modales se encargan de decirle a una niña que es inútil, que necesita que sus hermanos hombres la cuiden (a falta de uno, papá), que no debe jugar soccer porque le pueden pegar o trepar un árbol porque se va a caer (como si los reflejos fueran exclusivos de los hombres). Estos padres (y en la mayoría de los casos es mas acusado en la madre) crían niñas inseguras, torpes, muy femeninas, que no son capaces de cambiar un fusible o revisar sus propios estados de cuenta del banco; así, las niñas en cuestión crecen siendo unas damitas, cuidadosas de su apariencia y sus modales porque eso hará que cumplan la meta: casarse "bien". Estas niñas llegarán a ser unas jóvenes educadas, decentes, femeninas que buscarán como prioridad un novio educado, caballeroso, de esos que les abren la puerta del auto, pagan todas las cuentas y las llevan de la mano por todas partes. A la larga, se casarán con el galán elegido quien reforzará su posición de indefensas e inútiles para todo lo que no sea verse bien y "atenderlo" como debe ser.
Hasta aquí la violencia psicológica se ha limitado a alienarlas, a convencerlas de que son tan ridículamente tontas que siguen necesitando que les interpreten hasta sus pruebas de embarazo; podríamos pensar que a ellas les fue bien tomando en cuenta la educación recibida. Pero hay mas allá; estas chicas, convencidas de que sin un hombre su vida no tiene sentido aceptarán cualquier trato que se les de, su marido, también todo sonrisas le dirá "no reina, no te preocupes, yo voy al banco porque tu ni les vas a entender" "a ver muñeca, deja eso, yo lo hago, te vas a romper una uña". De esto a "no sirves para nada, eres una estúpida" no hay mas que un paso; del "ponte el vestido rojo" a "idiota, ni siquiera puedes vestirte si no te digo como" no hay gran distancia. De ahi podemos seguir a humillaciones públicas, peleas por un escote e insultos de todos los tamaños. Estas mujeres difícilmente se darán cuenta de lo infelices que son, de la inseguridad que las va llenando; verán como se cierra el mundo a su alrededor y entrarán en pánico sólo de pensar que sus maridos las dejen; ahi sigue la peor parte porque se sabrán atrapadas pero sin la fuerza para buscar la salida, la sociedad dice "mas vale mal casada que bien divorciada" y ellas lo creen porque toda su vida les han dicho que sólo para eso sirven.
Como siempre, esta reflexión me lleva al mismo punto: educación. las madres deberán dejar de tratar a las hijas como frágiles adornos, deben enseñarles a ser independientes, seguras, si la niña se cae de un árbol no le va a pasar nada que no le pase a un niño, si quiere ser tercera base no va a dejar de ser mujer por ello, si aprende a cambiar los focos no va a perder femineidad. Los padres deberán aprender a no protegerlas de un mundo en el que tienen que vivir sino a enseñarles a protegerse ellas mismas.
Tener una pareja es maravilloso, cuando se trata de pareja, pero cuando esta se convierte en un cerco a tu vida, cuando no es pareja sino dueño, las cosas dejan de ser un cuento de hadas y la realidad golpea brutalmente. Enseñemos a nuestras niñas a ser personas y no objetos utilitarios y decorativos.
Comparto el blog de mis amigas, las mujeres valientes dispuestas a apoyar a aquellas que no encuentren la salida a una vida verdaderamente aterradora: http://texitiani.blogspot.com/

martes, 3 de mayo de 2011

De Juicios y Prejuicios

Todos tenemos alguno, es casi inevitable cuando se vive en sociedad, porque esta tiene reglas, modelos, sistemas y básicamente quienes no encajan en ellas son prejuzgados. Todos lo hacemos hasta inconscientemente.
Los mas comunes son respecto a la apariencia, así la gente de traje, cabello bien recortado y peinado, zapatos clásicos y reloj son los mas respetables, mientras que los de jeans, camiseta estampada y adornos corporales (llámense piercings o tatuajes) son dignos de desconfianza. Es el prejuicio mas recurrente y también uno de los mas engañosos.
Observemos un poco a nuestro alrededor. Los viernes, en cualquier cantina, podemos ver la mayoría de las mesas ocupadas por señores de aspecto "respetable" (traje con corbata), bebiendo como marineros suecos, soltando las ordinarieces mas increíbles y dispuestos a conquistar a cualquier mujer que pase cerca sin la menor consideración al estado civil de ninguno de los dos. Quien lo niegue o nunca ha ido a una cantina o está ciego.
Por el lado de las féminas la cosa es similar; si bien no somos precisamente de cantina y vulgaridades evidentes si podemos ver en los bares "nice" mujeres de tacones y traje sastre en grupitos, lanzando miraditas alrededor, deteniéndose en los hombres para sopesar la calidad del traje, el precio del reloj y el tamaño de la propina y de esa manera decidir quien será el afortunado que les invitará los tragos a cambio de su preciada compañía, y si se ve solvente, hasta la visita al motel. Llámenle como quieran, eso es prostitución.
Por otro lado, pocas veces he visto a los de aspecto feo, a los fodongos, a los malos, en esas actitudes: los hombres de este tipo generalmente respetan a las mujeres de una manera que los buenitos nunca lo harían y las mujeres de jeans y camiseta no se preocupan por el tamaño de la cartera o del carro de un hombre. No lo digo de oidas, he tenido la fortuna de acercarme a ambos mundos.
Estas observaciones me han llevado a analizar las razones de uno u otro comportamiento y concluyo lo mismo que he comentado en otros artículos: las reglas de la sociedad actual son decadentes. Esta sociedad, este sistema está dirigido a alienar y mediatizar a la gente; así, la norma dice que la gente decente es la que se ve decente y ¿que es eso? vestir de manera tradicional, no importa como te comportes, no importan los principios. Hay que seguir las reglas (estudiar, buscar un trabajo, casarse) no importa que estas no sean tu felicidad, lo que importa es como te ves. La gente que ha escapado de ese estigma, presta poca atención a eso, lo cual hace que tengan tiempo y ganas de pensar, de decidir por si mismos, aprenden a respetar al prójimo y a si mismos, se dan cuenta que una borrachera no es divertida si pierdes el contacto con la realidad, no necesitan de esas cosas para sentirse bien porque se sienten bien siempre, no tienen que escapar de un matrimonio que nos les complace porque, o no se casan o si lo hacen es por convencimiento y no porque así dice la sociedad que debe ser, los hombres no buscan ser conquistadores porque tienen seguridad y no necesitan admiradoras para sentirse realizados, las mujeres no desesperan por conseguir marido y disfrutan su vida por si mismas, la pareja sólo es una de todas las cosas que conforman la vida.
Los adultos que están educando, deberían ver estos resultados, verse a si mismos y preguntarse ¿quiero que mis hijos vivan como yo? si son felices y plenos seguramente que si, pero si son del tipo que vive de las apariencias y sus momentos de felicidad se limitan a cuando se quitan la máscara, entonces tendrían que pensarlo dos veces antes de transmitirle estas ideas y costumbres a sus hijos. Creo yo que lo mejor que podemos hacer es darle a nuestros niños la oportunidad de conocer el mundo y a ellos mismos, sacarlos de lo que hacemos por inercia y porque es lo correcto. Lo correcto es ser pleno, estar contento con la vida que llevamos y no seguir reglas sin razonarlas primero.