miércoles, 1 de mayo de 2019

El ocaso de la escritura

Cuando inicié este blog, en 2011 había montones de ellos, todo mundo escribía, todo mundo tenía algo que decir y los blog nos daban el espacio para ello. Fueron quizá el medio perfecto para compartir ideas, con la ventaja de que, al  no prestarse para diálogos, podía uno desarrollar una idea sin interrupciones.
Pero tenía sus requisitos, el primero, tener una ortografía y redacción aceptables, de otra manera las ideas no eran comprensibles. También necesitabas una cierta claridad de pensamiento y capacidad de síntesis o terminabas con un tratado que nada tenía que ver con la idea original.

Hoy, apenas a 8 años de ese momento, que las cosas han cambiado notablemente: lo de hoy son los videos, los canales de Youtube, el FB Live y en el extremo, las imágenes solas como Instagram. Y es que es cierto: ya no leemos. Textos de mas de 5 renglones se han vuelto un reto, peor si no vienen acompañados de una imagen.
No es casualidad, según se dice, la lectura estimula al cerebro, para leer echas a andar mas neuronas que para ver imágenes, se requiere mas concentración y capacidad de análisis. Eso dicen y lo creo. Si no activas el pensamiento crítico, eres manipulable, crédulo, fácilmente domesticable y eso es básico para mantener un sistema en el que la obediencia es el punto medular.

Todo evoluciona, y pareciera que esto fuera parte de la evolución; el libro, la escritura, la lectura están dando paso al video y la fotografía las cuales tienen la enorme ventaja de ser mucho mas accesibles en su elaboración porque además, no se buscan como expresión artística y exposición de ideas trascendentales sino como mero entretenimiento, de manera que cualquiera con una cámara de celular puede hacerlo, sin importar si se sabe expresar o siquiera tiene una idea real que compartir.

¿Qué podemos hacer los que aún gustamos de la palabra escrita? Los que preferimos un texto largo a una imagen con una idea simplificada, los que encontramos placer en un libro. Y no desprecio las imágenes, creo que pueden transmitir mucho, pero no deben desplazar a la palabra escrita porque su función es diferente, sus posibilidades también. Quizá estemos destinados a la extinción para dar paso a la generación exclusivamente visual pero entonces debemos encontrar la manera de llegar a ellos, de transmitir nuestro interés para que no se pierda esa forma de comunicación y lo mas importante, de ejercitar la mente, de otra manera El Mundo Feliz ha ganado.

lunes, 1 de abril de 2019

Acoso y denuncias

Siendo el tema del momento y dado que estamos viviendo otra etapa en la manera de comunicarnos, el tema de acoso se vuelve muy difícil de abordar.
Mucho se ha hablado de denunciar en las instancias correspondientes, que hay que ir con las autoridades, que hay que exhibir pruebas. Suena correcto y justo, en casi cualquier delito debe funcionar así, pero dejando de lado el asunto de que la mayoría de los delitos quedan impunes porque las pruebas no son suficientes, porque hubo un error en la presentación de ellas, por negligencia de las autoridades, por falta de capacitación y hasta por miedo, en el caso de los delitos de índole sexual, la cosa se pone mas difícil.

Lo vemos diario, en todos los casos de violación, acoso y hasta asesinato:

¿Qué hacía entre puros hombres?
¿Por qué andaba a esas horas sola?
¿Para qué se viste así?
La víctima siempre es cuestionada, juzgada, descalificada. Los chistes a sus costillas no se hacen esperar.



Y eso en el caso de violaciones y asesinatos, en el caso del acoso, el asunto se pone mas escabroso aún. Peor, las mujeres nos culpabilizamos:
¿Me visto muy provocativa?

¿Qué le dije para que piense que quiero algo con él?
¿Qué hice para que entendiera eso?
¿Soy muy coqueta?
Si nosotras mismas dudamos, nos cuestionamos ¿Cómo esperar que alguien mas nos crea? ¿Cómo nos vamos a atrever a denunciar si nos sentimos culpables? ¿Qué voy a denunciar? ¿Qué el tipo me mira como un hambriento mira un bistec? ¿Qué me acarició el cabello como al descuido? ¿Qué me invita a comer diario aunque lo rechace? ¿Qué su sola presencia me hace sentir incomodidad? ¿Cómo pruebas todo o algo de eso?

Porque siempre dirán, la mayoría, "exageras", "sólo está siendo amable", "te quiere conquistar, le gustas", "lo provocas".
También están aquellos que tienen la solución: "ponle un hasta aquí", "se firme, mándalo al diablo", "tu se lo permites, no te dejes", "yo en tu lugar..." pero ¿qué creen? no están en su lugar, no lo están viviendo, no sienten esa vulnerabilidad, ese miedo.

Estoy dejando de lado el tema de los denunciados, de los linchados (con o sin razón) porque no es el asunto en esta entrada (de eso hablaremos en otro momento), en esta reflexión trato de explicar la problemática de la denuncia, las dificultades que se enfrentan sólo de aceptar que estás siendo víctima de acoso y sobre todo, que no es culpa del acosado (la gran mayoría, mujeres, no lo podemos negar) y que si queremos que las cosas se hagan por la vía legal, se debe encontrar otra manera de tratar los delitos de índole sexual porque las opciones que hay hoy, han demostrado no servir para nada.