Como sucede muchas veces, la literatura nos sorprende por su actualidad, sin importar la fecha en que se haya realizado. Esta vez platicaré un poco acerca de un libro escrito en 1932 que nos deja helados por su sorprendente relación con nuestro momento.
Un Mundo Feliz es un mundo donde la gente es efectivamente feliz. Novela futurista donde la humanidad ya no se reproduce por métodos convencionales sino por ectogénesis, los fetos son programados para sus futuras actividades; así el desarrollo de cada uno de ellos es manipulado para obtener las características que requerirán en su vida. De esta manera cada quien nace para una actividad determinada, con capacidades específicas y no mas.
En este mundo todos son felices porque al desarrollar trabajos para los que son competentes nunca conocen la frustración y conscientes de sus limitaciones, la ambición, la superación, los sueños no son parte de su vida: el que es creado para chofer será chofer y el creado para investigador será investigador.
Esta novela de Aldous Huxley ha sido estudiada y analizada desde muchos puntos de vista ya que al plantear una sociedad donde todos son felices, donde no hay envidias, rencores, deseos incumplidos, donde todos hacen lo que deben hacer sin cuestionarlo y además son entrenados durante su infancia para aceptar su condición viéndola llena de satisfacciones; efectivamente se obtiene gente feliz.
Cabe entonces preguntarnos ¿a que se debe la infelicidad? a deseos incumplidos, a necesidades no satisfechas, a sueños no alcanzados; pero en una sociedad donde todas las necesidades están cubiertas (al no haber crecimiento demográfico incontrolado se tiene una población exacta para producir los satisfactores necesarios para todos, no hay pobreza), donde no hay deseos incumplidos porque todos están conscientes de que tienen lo que merecen por su trabajo, las relaciones personales son abiertas y carentes de todo sentimentalismo ¿que puede hacer infeliz a la gente? Esa es la premisa que nos plantea Huxley y que curiosamente vivimos en cierta manera: no somos programados de la misma manera, pero nuestra sociedad lo hace todo el tiempo, nos dice a través de la publicidad que debemos ser, a que debemos aspirar, que es la felicidad. La única diferencia es que a nosotros si nos colocan frente a la cara cosas que no podemos tener, cosas a desear sabiendo que no las podemos alcanzar, a nosotros si nos alimentan la frustración diciéndonos que debemos superarnos, entendiendo por superación tener objetos. El Mundo Feliz de Huxley ha sido seguido a medias y como todo de lo que sólo se toma una parte, ha resultado en una aberración ¿Quien quiere vivir en Un Mundo Feliz?
Cierto, querida Claudia, aceptar nuestra condición nos da felicidad. Y la infelicidad mayor nos la da el desear, de acuerdo a tus finos comentarios. Pero también me gustaría observar que la primera afirmación tiene mucho sentido en sí misma, es decir, lógica. Nuestra condición es la de raciocinio, de dignidad, de seres humanos con capacidad para ser parte del orden del mundo en armonía, sin matarnos unos a otros. Esa es nuestra condición humana, el humanismo, que enaltece la razón, la inteligencia, la moral. Pero el problema es que no estamos cumpliendo nuestra condición, nos hemos convertido en seres menos inteligentes, menos razonables, menos morales, menos humanos... es decir, menos felices, por eso morimos y matamos. Simplemente, estamos perdidos.
ResponderEliminarY nos dejamos llevar, nos dejamos convencer de que tener es lo que importa, poseer, acumular; nos dicen que el triunfador es el que tiene, el feliz es el que posee y en esa búsqueda absurda donde jamás alcanzaremos la meta porque nadie puede tenerlo todo, se nos van las fuerzas en vez de aprender a ser feliz por lo que somos.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios Guadalupe, por darte el tiempo de leer lo que te comparto y opinar sobre ello.
Me recuerda a la novela de Ursula Le win La mano izquierda de la oscuridad, por el tema de una sociedad futurista.
ResponderEliminarL a sociedad programada no es claramente unba sociedad perfecta, simplemente porque no sería humana.
Claro Adriana, pero ese es el tema, se vuelve perfecta para un sistema y al final de todo, los habitantes son felices por lo que comentábamos arriba: sin deseos incumplidos y con las necesidades cubiertas las cosas se asemejan mucho a la perfección y felicidad.
ResponderEliminar¡Excelente artículo Clause!!
ResponderEliminarDesear, desear, desear, ¡en eso se nos va la vida! Y al pasar el tiempo nos damos cuenta de que lo hemos perdido irremediablemente "deseando" en lugar de valorar lo que ya tenemos y disfrutar los momentos hermosos que todos los seres humanos tienen. La tan deseada Felicidad no es un "todo", son breves situaciones que a veces no vemos tan sólo por seguir "deseando".