sábado, 13 de agosto de 2011

El Auge de los Derechos

Vivimos en una época donde peleamos por los derechos de todos, por una igualdad ante las leyes y las oportunidades, por la posibilidad de expresarnos a nuestro gusto, por las necesidades básicas satisfechas, hasta aqui la situación es perfectamente justa y no creo que haya alguien que considere injustos estos movimientos (salvo los casos de sociópatas) y todos estamos dispuestos a apoyarlos, siempre y cuando no nos cueste mucho trabajo o no nos afecte gran cosa. 
El asunto se complica cuando por esos derechos a alguien se le ocurre cerrar una calle con un plantón o irse a la huelga y nos deja sin luz (ejemplo ficticio). Curiosamente esa gente que se enoja porque el plantón los hizo llegar tarde a su trabajo, esos que dicen "pónganse a trabajar, me estorban, tengo derecho a llegar a mi trabajo" son los mismos que el viernes organizan fiesta en su casa (que casi siempre está en un fraccionamiento de interés social donde las casas están pegadas unas a las otras) que como es pequeña se desparrama hacia la calle, con el resultado de gente bebiendo en la banqueta, tirando los platos y vasos en cualquier parte y con la música a un volumen que hace retumbar los cristales de diez casas a la redonda; también son los mismos que se estacionan en doble fila o en la entrada de la cochera de alguien mas porque "no se tardan". Estos seres están dispuestos a defender hasta con los dientes su derecho a hacer fiesta (se tienen que divertir), a estacionarse (no se tardan), a estorbar (¿donde se paran si no hay espacio?), a manejar a exceso de velocidad (es que ya se les hizo tarde), a cruzar a media calle en vez de por la esquina (está lejos) o a tirar basura donde sea (no hay bote).
Entonces resulta que estamos dispuestos a luchar por nuestros derechos y si estos le pasan encima a alguien mas ya será problema de ese alguien mas que para luchar por los suyos le pasará encima a otra persona y así, ad infinitum. En este caso habría que aplicar esa frase de "tu derecho a fumar termina donde empieza mi derecho a respirar" pero en todo: "tu derecho a hacer fiesta termina donde empieza mi derecho a dormir", "tu derecho de estacionarte termina en mi cochera"; entonces es donde verdaderamente estamos ejerciendo derechos y no sólo satisfaciendo ansias. Nos perdemos en estas pequeñas cosas que mas bien tienen que ver con el respeto al prójimo el cual para que funcione debe ser recíproco y no tiene nada que ver con los derechos.
Y ya que estamos en esto, el respeto sería la clave del asunto; si una manifestación respeta al resto no bloqueando la calle por la que tienen que pasar, hasta la simpatía de otros se gana, si una peregrinación religiosa camina por la banqueta y no tira basura a su paso, no molesta a nadie y hasta el paso les dan, si alguien le dice a otro "¿puedo estacionar en su entrada 15 minutos?" y son 15 minutos, nadie le va a decir que no; el asunto es siempre respeto. Una vez mas, volvemos a lo de siempre: educación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario