domingo, 6 de noviembre de 2011

Etiquetas de colores

En teoría somos animales competitivos, de ahi la evolución tecnológica, los avances, las investigaciones; somos seres que entramos en competencia por todo y por nada, dicen que porque tenemos conciencia de nuestra propia existencia además de raciocinio.
Cuando esa competencia nos lleva a descubrir vacunas, motores mas rápidos y eficaces, dispositivos de comunicación o mejores alimentos estamos evolucionando pero no todos somos genios, no todos competiremos por algo trascendental; la mayoría somos mediocres y nuestra competencia se limitará a un pequeño círculo de acción sin la menor posibilidad de pasar a la historia; es entonces cuando la competencia se torna mezquina y sin sentido pero que al ser propiedad de la mayoría se vuelve peligrosa por volumen. De estas competencias banales se han derivados características de resonancia social y con consecuencias graves como el racismo, el cual nos ha llevado a guerras y matanzas absurdas, a injusticias desproporcionadas y bajo la óptica práctica totalmente ridículas.
En nuestra sociedad (México) el racismo se manifiesta mas en una especie de clascismo muy elástico producto de nuestra historia y frustraciones; así el moreno cobrizo de entrada es visto con recelo, si tiene el cabello lacio y grueso y estatura baja se vuelve casi un paria y le aplicamos el insulto nacional de entrada: naco. Esa palabra se ha vuelto toda una institución ya que depende de quien la aplique puede ser el pobre, el que escucha banda, el que usa transporte público o bien el que se estaciona en doble fila, el que se viste de colores chillantes, el que come en los tacos, el que va a Mac Donalds, el que habla a gritos. La acepción mas frecuente es la asociada al nivel económico, los pobres son nacos por principio y curiosamente quienes mas usan esa palabra en ese sentido son los que sin darse cuenta pertenecen a ese grupo pero además lo complementan con niveles de ignorancia catastróficos; la mayoría de esa gente considera que pese a su poco nivel adquisitivo, tener aparatos electrónicos, casa de interés social (con la que están endeudados por el resto de su vida) y conocer todos los chismes de las celebridades los coloca en otro nivel y les da el derecho a catalogar a los que no siguen sus pasos.
es ridícula la manera en que nos descalificamos unos a otros, ya que si analizamos ligeramente la situación, nos damos cuenta que nos dividimos por pequeñeces que sumadas dan resultados gigantes ya que con tal de no ganarnos el apelativo de naco somos capaces de ir contra nuestros intereses; ser naco es lo peor que nos puede pasar y para evitarlo seguimos los dictados de la moda, de los medios, de las figuras quienes nos dicen que hay que hacer para no serlo, entre otras cosas, entretenernos con cosas de "mundo", estrenos de cine, historias de las estrellas, columnas de la "buena sociedad", si no lo hacemos somos nacos.
Es importante aprender a darle el justo valor a las cosas, a discernir entre lo que es importante y lo que no, entre lo que nos afecta y nos mantiene en un estado de ignorancia disfrazada de cosmopolitismo y lo que nos hace crecer como humanos; despreciar a quien no quiere o puede ser como nosotros solamente nos cierra las posibilidades de entender nuestro entorno, nos entretiene en pequeñeces mientras somos utilizados y nos mantiene en un permanente estado de conflicto mientras quienes deciden como hemos de vivir lo hacen tranquilamente y sin nuestra intervención. En la medida en que aprendemos respeto, solidaridad y sobre todo nos sacudimos la ignorancia, podremos unirnos al darnos cuenta que si naco es pobre, somos muchísimos mas los nacos de los que creemos.

1 comentario:

  1. De acuerdo. En numerosas páginas de Facebook, blogs, y demás sitios del cyberespacio, hay gente que destila veneno, racismo y prejuicios varios al utilizar esta palabra. Un deporte nacional consiste en enlistar los rasgos de "lo naco", y ahí predomina lo que dices: un desprecio por la gente con pocos recursos económicos, como si de entrada ser pobre fuera una categoría moral o formara parte de una esencia en vez de tomarse como lo que es: una contingencia debida a múltiples factores (entre los que a veces también está la falta de ansias por sobresalir).

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