sábado, 9 de abril de 2011

Mujeres brillantes

No se asusten, no voy a soltar un rollo sobre las mujeres ilustres que se han hecho famosas, ni sobre improbables heroínas o abnegadas mártires; quiero hablar un poquito sobre el montón de mujeres que pasan desapercibidas a nivel internacional y que están pasando un verdadero viacrucis en este siglo.
Por años se nos ha educado para mantenernos en una órbita un tanto limitada (que no fácil) y definida. Pese a que las originales mujeres de los 60's nos hicieron favor de ampliar las opciones aún cargamos con una cantidad tremenda de nociones alienantes y hemos sido lo bastante despistadas para además de agarrar las nuevas posibilidades conservar las anteriores; es decir, el doble de trabajo por el mismo sueldo (en la sociedad se le llama estúpido). Ahora además de integrarnos a la comunidad económicamente productiva seguimos atendiendo eficientemente (en muchos casos) las actividades "propias del hogar" (y como dicen por ahi, subidas en tacones).
Antes de seguir hago una pausa para aclarar que esto no es una elegía a las mujeres ni estoy en la posición de alabarnos, es digamos, el preámbulo para llegar a mi punto.
Lo malo de todo, como buenas principiantes, es que nos equivocamos garrafalmente en las actitudes que tomamos. Como salimos valientemente de nuestras casas a enfrentar el mundo rudo y despiadado antes exclusivo de los hombres, creímos que debíamos adoptar posiciones que imaginamos eran masculinas, nos investimos con la capa de duras, fuertes, irreverentes; nos volvemos despiadadas (mas con otras mujeres, son la competencia), tratamos con condescendencia a los hombres (pobrecitos que se les quema el agua y no pueden coser un botón) y jugamos a ser superiores; resultado: nos volvemos de piedra a los ojos del mundo, damos miedo porque tradicionalmente las mujeres somos mas brutas que los hombres (hay pocos casos documentados) y hemos demostrado que la estupidez es lo mas democrático del mundo, no es privativa de un género.
¿Como no se van a asustar los hombres? Pese a que muchos de ellos crecieron en una casa con una mujer "al mando", la sociedad sigue diciendo que nuestro papel es cuidar la casa (no he visto un sólo anuncio de lavadoras o detergente protagonizado por un hombre), tener bebés y ser feliz porque hicimos agua de limón de sobre que sabe a limón de verdad.
Y¿que hacemos? Nos agarramos de nuestra imagen de fuertes e independientes, rechazamos hacer la cena porque no somos sus sirvientas y gritamos nuestros derechos a los cuatro vientos (que realmente deben ser los mismos que los de los hombres porque se llaman derechos humanos).
Todo eso nos provoca un nivel de tensión de locura y terminamos neuróticas y frustradas porque también es cierto que en el campo profesional estamos un tanto limitadas por el género; un ejemplo que tengo a la mano: todo mundo me ve con cara de bicho raro porque si bien en mi profesión habemos muchísimas mujeres, muy pocas hacen lo que yo: viajar a la ciudad donde haya trabajo por el tiempo que lo haya, los hombres en mi ramo lo hacen todo el tiempo pero sus esposas se quedan en casa a cuidar niños, las mujeres de mi profesión normalmente se quedan en sus ciudades y ejercen en la parte que no requiere andar de judío errante.
Si que es complicado ser mujer en este siglo pero nosotras lo hemos empeorado tratando de dejar de serlo. Como decía yo en otro artículo, tenemos características de género pero las hacemos a un lado para tener las mismas oportunidades que los hombres. Lo malo es que no podemos ignorarlas y se vuelve una lucha contra nosotras mismas y al final terminamos agotadas de tratar de matar nuestro lado femenino (y no se muere).
Por eso le digo a todas las mujeres brillantes que me rodean: somos mujeres, tenemos características y actitudes de género; usémoslas para ser felices, para al mismo tiempo que ejercemos una profesión tengamos una vida plena en cuanto a relaciones humanas (y particularmente con los hombres) No es vejatorio cocinar o bordar, son hasta terapeúticos y no tenemos nada que demostrarle a los hombres. No es pecado llorar como tampoco lo es corregir a un hombre. Ustedes, las mujeres brillantes de este siglo ya tienen parte del camino andado por nuestras madres y abuelas, sólo hay que aprender a aprovechar nuestras posibilidades dadas por la naturaleza y olvidarnos de la competencia de género. Somos diferentes y hemos convivido por siglos, podemos hacerlo sin perder nuestras ambiciones, deseos y necesidades. Cuando nos olvidamos de esa mezquina competencia, abrimos los ojos y nos damos cuenta que ambos géneros seguimos necesitándonos; sólo tenemos que adaptarnos mutuamente y aceptar lo que tanto peleamos: somos iguales en muchas cosas, ni superiores ni inferiores.

3 comentarios:

  1. ¡¡Enorme artículo!! Nuestro lado femenino es bello, tierno, inspirador. ¿Por qué ocultarlo? Mujeres, tomemos en cuenta estas palabras!!!

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  2. Es un buen comentario que nos invita a asumir sin etiquetas de carga, sin banderas de poderosas e implacables, lo que somos, mujeres. Tu comentario es como un respiro profundo,para seguir reflexionando. Gracias por compartirlo.

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  3. Me encantó tu comentario, y sobre todo la frase "SER FELICES", es un buen aliento para vivir sin cargas ni culpas para las que no seguimos los prototipos o modelos de "como debía de ser". Respetando y amando nuestras diferencias, cambiando la palabra competir por complementar. Gracias

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